Hace varios años, en otra vida, yo solamente pensaba en trabajar full time, poniendo muchas horas pero sin ver los resultados que deseaba. Quería una vida creativa, pero tenía ideas muy equivocadas de productividad y creía que cuántas más horas le dedicaba a mi emprendimiento mejor me iría a futuro. Claro que por pensar en el futuro mi presente estaba muy descuidado. Recuerdo que me dolía siempre la espalda, estaba pasada con todo y eso me generaba mucha angustia y mal humor.
Sólo veía objetivos por cumplir, pero cuánto más iba hacia ellos más lejos estaban.
Vivir para el trabajo, ser “multitasking” (qué palabra horrenda) fue un tren al que me subí en una época, hasta que quemada y casi sin rumbo me propuse buscar un equilibrio.
Así descubrí muchos libros sobre el tema (por qué no había materias en mi carrera que hablaran de esto si muchos autores hablaban ya en los 70’, no es nada nuevo…) y en plena pandemia fue el mejor momento para cambiar mi rutina.
Acá voy a hacer una aclaración: ningún hábito nuevo se incorpora de la noche a la mañana, ni en 30 días. Saberlo de entrada es un alivio, porque en general somos muy crueles con nosotros mismos, y si vamos a cambiar hay que tener mucha conciencia, perseverancia y mucha mucha paciencia.

Estos son los 10 hábitos que mejoraron mi vida y hoy trabajo más tranquila y feliz
1 – Hacer autoindagación, a través de terapia (es lo ideal), o por medio de lecturas sobre desarrollo personal, tipos de personalidad, coaching, etc. Esto es para dedicar otro post, pero conocernos y entendernos es clave.
2 – Comer más sano, que no significa seguir una dieta rigurosa ni mucho menos. En mi experiencia, probé seguir dietas vegetarianas pero no me funcionaban. Me di cuenta que si lograba mantener un equilibrio incorporando alimentos más sanos y dándome el gusto con las comidas podía vivir mejor. Hay una regla del 80/20 que es comer sano el 80% y dejar un 20% para caprichos, antojos y salidas.
3 – Salir a caminar. No es sólo por hacer ejercicio, cuando estoy muy agotada, trabada o pasé unas horas concentrada en un trabajo, necesito salir a tomar aire y caminar. Depende el día y el clima, pero si puedo caminar una hora, regreso mucho más relajada, en el camino se me activó el cerebro y destrabo lo que me molestaba.
Caminar es terapéutico.
4 – Hacer yoga, o algún ejercicio de estiramiento. A mí el yoga me ayudó mucho en plena pandemia, que no se podía salir, me mantuvo relajada y me daba una mínima rutina. Hoy es algo que ya tengo incorporado, voy a clases o si no puedo hago algunos ejercicios muy simples para estirar. Mi espalda lo agradece y es inversión a futuro.
Por esas cosas de la vida, me encontré en la virtualidad con una vecina de mi infancia que da clases de yoga online, y sus clases grabadas me sirvieron un montón, este es su perfil: https://www.instagram.com/marianacicatelli/
5 – Descansar. Dormir poco nos saca del eje, porque al día siguiente rendimos menos, estamos de mal humor y presionados. Soy defensora de las siestas, o de dormir un rato más si es posible.
6 – Meditar. Tuve problemas de insomnio y me recomendaron la meditación. Al principio me costaba, hasta que se me hizo el hábito. La meditación no es más que llevar la atención a la respiración, al momento presente.
Más sobre el tema: https://www.instagram.com/p/Cgcy5CPKsoW/
7 – Alejarse del cel una hora antes de dormir, y en lo posible, ponerlo en modo avión o sacarle las notificaciones. A mí este hábito me ayudó a cortar y poder desconectarme. También si es nuestra herramienta de trabajo, proponernos no atender a clientes a partir de un horario, y tampoco atender los domingos. Yo no atiendo después de las 20 hs ni a mi mamá, jijiji. Acostumbremos a los demás a que no estamos 100% disponibles, también hay que respetar el descanso ajeno.
8 – Dieta hipoinformativa. Esto es… no mirar/escuchar/leer las noticias del día. Ser bombardeados diariamente con todo lo malo que pasa en el mundo sólo nos genera angustia, y la mayoría de las veces no tenemos incidencia en la resolución de los conflictos. No es vivir en una nube de pedos, pero sí limitar el consumo de información.
Acá les dejo un video de YouTube donde hablan de este tema: https://www.youtube.com/watch?v=U78G5kpV-3w
9 – Darse un gusto. Esto empecé a implementarlo después de leer “El camino del artista” donde habla de las “Citas con tu artista” y simplemente hacer algo que postergamos, comprarse una pavada, o dedicar un rato para nosotros mismos.
10 – Aprender algo nuevo. Hoy es fácil con la cantidad de cursos online que tenemos disponibles, con YouTube y Pinterest. Quizás sea un tutoría de cocina, de cómo pintar una maceta, lo que sea, lo importante es mantener el cerebro renovado con nueva información. Pintar en acuarela puede ser una idea 😉
Estos son mis 10 hábitos para una vida creativa. Hay muchos más, y a cada persona le funcionan según su modo de vida.
Y por último les comparto esto que leí sobre los hábitos:
“El principio de un hábito es como un hilito invisible, que reforzamos cada vez que repetimos el acto, añadiéndole otro filamento hasta que se convierte en un gran cable que nos ata, irremisiblemente, en pensamiento y obra.”
Espero que les sirva esta info, y si ponen en práctica alguno de ellos me cuentan cómo les resultó 😀